Resumen: Los trastornos del sueño se observan con frecuencia en la población general. Su prevalencia es mayor en mujeres, en adultos de edad avanzada y en ancianos. El insomnio primario es resultado de la reacción a un factor emocional o estresante, lo que lleva al desarrollo de asociaciones que impiden conciliar el sueño. El insomnio comórbido depende de otro trastorno del sueño, una alteración del ritmo circadiano, una afección psiquiátrica, neurológica o médica, o del efecto de un fármaco de uso clínico o de una droga de adicción. El tratamiento del insomnio primario contempla el uso de estrategias no farmacológicas (higiene del sueño, terapia cognitivoconductual) y farmacológicas. En el paciente con insomnio  comórbido es imperativo el tratamiento de la afección subyacente responsable de la alteración del sueño (trastorno de ansiedad, depresión mayor, afección osteoarticular, etc.). Sin embargo, en algunas circunstancias puede ser necesario asociar un hipnótico y la terapia cognitivoconductual. Los hipnóticos utilizados habitualmente incluyen: a) los  agonistas benzodiacepínicos y no benzodiacepínicos del receptor del ácido gamma aminobutírico del tipo A (GABAA). Estos últimos comprenden la zopiclona, la eszopiclona, el zolpidem y el zaleplón ; b) el ramelteón, un agonista de los receptores melatoninérgicos MT1/MT2; c) la doxepina, un antidepresivo tricíclico que, en dosis reducidas, actúa predominantemente como un antagonista del receptor histaminérgico H1. Estos fármacos reducen la latencia para el comienzo del sueño no REM  y/o incrementan la duración del sueño y su calidad en el paciente con insomnio primario. El incremento del tiempo total de sueño se relaciona con el aumento de la duración de la etapa N2 del sueño no REM. No se ha observado la aparición de tolerancia al efecto terapéutico durante la administración prolongada (>6 meses) de eszopiclona, zolpidem, ramelteón y doxepina. La incidencia de rebote del insomnio o del síndrome de la retirada es significativamente menor durante el uso de los agonistas no benzodiacepínicos del receptor GABAA, el ramelteón y la doxepina en comparación con los compuestos benzodiacepínicos.