Las parasomnias son experiencias físicas y mentales que emergen del sueño, en el adormecimiento o al despertar. Estos fenómenos incluyen movimientos simples o elaborados, conductas complejas, reacciones emocionales, percepciones, ensueños y activación vegetativa. Las parasomnias son anormales porque provocan lesiones, disrupción del sueño, angustia, alarma o deterioro de la salud física y mental del paciente y/o del compañero de habitación.

Conceptualmente, las parasomnias conllevan una desorganización de los estados del ser (vigilia, sueño no-REM y sueño REM) con aparición de estados ambiguos en los que los componentes de la vigilia y el sueño se mezclan. De hecho, pueden observarse conductas complejas, motoras alimenticias o sexuales, sin activación concomitante de la consciencia y la memoria. Estos fenómenos tienen un sustrato neurofisiológico peculiar que puede reconocerse mediante el polisomnograma, que no sólo identifica el estado del ser en que emerge la parasomnia, sino las circunstancias que concurren en tiempo real. Esto permite un atinado diagnóstico diferencial con la epilepsia, las alteraciones psiquiátricas y la simulación.

El diagnóstico de las parasomnias se basa en la entrevista al paciente y a los atónitos testigos de los fenómenos nocturnos. Además, se precisa la práctica de la polisomnografía y un escrutinio psicológico. El tratamiento es generalmente simple, seguro y eficaz.