Para poder comprender los diferentes procesos cerebrales (percepciones, motivaciones, aprendizaje y memoria, etc.), en primer lugar debemos comprender qué es el cerebro. Este capítulo tiene por objetivo hacer un repaso de los aspectos fundamentales de la estructura y función del sistema nervioso (SN). En él se abordarán las cuestiones relacionadas con las células que componen el SN, con especial atención a la fisiología de la neurona y a las principales sustancias transmisoras, para a continuación reseñar las principales subdivisiones y regiones del SN y algunos de los aspectos funcionales más vinculados a cada una de ellas.

El tejido nervioso está formado por neuronas y células gliales. Las neuronas tienen la capacidad para comunicarse entre ellas y con células musculares y glandulares gracias a la existencia de sinapsis. Los sistemas nerviosos evolucionados utilizan, asimismo, toda una serie de sustancias químicas (neurotransmisores) para el establecimiento de la comunicación interneuronal, por lo que la mayoría de sus sinapsis se denominan químicas y poseen una característica fundamental denominada plasticidad sináptica, que consiste en la capacidad para modificar tanto su estructura como su función a partir, entre otros aspectos, de la experiencia.

Por supuesto, la importancia de las neuronas y las células gliales sólo puede comprenderse del todo si se tiene en cuenta que se hallan organizadas de manera muy compleja, formando parte de circuitos y redes, y ubicadas en las diversas estructuras que forman el SN. A su vez, las diferentes regiones del SN, gracias al tipo concreto de neuronas que las forman, a sus propiedades electrofisiológicas y neuroquímicas, y a las conexiones que establecen con otras regiones, están involucradas de manera más o menos directa en aspectos funcionales diversificados.