Resumen: ‘¡No recuerdo dónde dejé las llaves del automóvil!’, ‘¿A qué hora acordamos vernos en el restaurante?’: frases como éstas suelen escucharse en personas de edad avanzada, quienes por lo general tienen mayor dificultad para recordar sucesos de su vida reciente. Al igual que todos los órganos, el cerebro no escapa a los procesos de envejecimiento que merman progresivamente su capacidad funcional. Sin embargo, el deterioro de las funciones cognitivas, sensoperceptuales y motoras durante el proceso de envejecimiento no tiene la misma magnitud en diferentes individuos. Dichas diferencias han llevado a los gerontólogos y neurobiólogos a cuestionarse si existen factores nutricionales, ambientales, metabólicos y/o genéticos que favorezcan el envejecimiento neuronal. Dar respuesta a estas cuestiones se torna fundamental para el desarrollo de estrategias que permitan atenuar los efectos del envejecimiento sobre la anatomía y fisiología cerebral, mejorando así la calidad de vida de los ancianos. Además, existen enfermedades neurodegenerativas relacionadas con el envejecimiento del cerebro. Debido a que los signos y síntomas de estas enfermedades parecen manifestaciones exageradas de los cambios anatómicos y fisiológicos que sufre el cerebro durante el envejecimiento normal, se piensa que el estudio de los procesos celulares que subyacen a este último, nos conducirán al desarrollo de esquemas terapéuticos que nos ayuden a abatir los trastornos asociados con las enfermedades neurodegenerativas.

37.A. Regeneración y reparación del sistema nervioso periférico lesionado

La lesión del nervio periférico puede estar causada por compresión o aplastamiento, isquemia, inflamación y sección. Estas lesiones pueden ser completas o incompletas, afectando total o parcialmente al nervio. La sección completa del nervio conlleva la degeneración walleriana de las fibras nerviosas distales a la lesión, así como cambios morfológicos y metabólicos en los somas de las neuronas lesionadas, lo que se conoce como cromatólisis y reacción axonal retrógrada. La degeneración walleriana consiste en la desintegración de los restos axonales y de las vainas de mielina, y su fagocitosis por las células de Schwann reactivas y por los macrófagos infiltrantes. Las células de Schwann reactivas son capaces de liberar factores de crecimiento que favorecen la elongación de los axones regenerativos. Éstos aparecen desde el extremo proximal de l nervio lesionado y avanzan por entre la zona de lesión hasta los tubos endoneurales distales atraídos por los factores neurotróficos. La cromatólisis representa un conjunto de cambios bioquímicos encaminados a la potenciación de la regeneración axonal. Los métodos para reparar un nervio lesionado son: suturas epineurales que coaptan ambos extremos nerviosos, interposición de un injerto nervioso, implante de una guía neural de silicona u otros biomateriales, o trasplante de un injerto nervioso artificial.


37.B. Sistema nervioso: respuesta espontánea a las lesiones y reparación

Este tema introduce el concepto de conjuntos neurona-glía como las unidades funcionales cuyas propiedades explican la plasticidad del sistema nervioso central. Las lesiones destruyen astrocitos, neuronas, sus interconexiones y las relaciones neurona-astrocito. La regeneración en sentido estricto, o sea, el retorno del sistema nervioso a su ser anterior a la lesión, parece imposible actualmente. Sin embargo, la reparación de las lesiones para conseguir la restitución parcial de las funciones perdidas, parece cada día más factible. La reparación funcional se logrará manipulando la plasticidad de los conjuntos neurona-glía.